sábado, 6 de noviembre de 2010

Los absurdos de la seguridad en la visita del Papa a España


La visita de Benedicto a España ha levantado mucho polvo. Especialmente la valiente y decidida campaña Yo no te espero (Eu nom te espero) que ha denunciado el trato especial que se le da a la visita referida, invirtiendo fondos públicos (de todos los contribuyentes, católicos o no) en los distintos aspectos que cubren los gastos de un personaje que no se cansa de criticar las políticas de Gobiernos que visita y de pretender que se aplique su moral parcializada y retrógrada a todos los seres humanos, sin importar sus creencias.

En esta entrada me referiré especialmente al tema del gasto en seguridad que es exagerada y, desde una aplicada lógica cristiana, verdaderamente absurda. Según El País.com

"Unos 6.000 agentes de uniforme y de paisano llenan las calles, los helicópteros llevan días de vigilancia, las alcantarillas del centro están selladas. A partir de esta misma noche el acceso para vehículos al casco antiguo (que normalmente es restringido) se prohíbe por completo durante 24 horas."


Dejando de lado que obviamente el gasto de la seguridad se vería mejor aplicada en verdaderas necesidades que, no dudo, tendrán los españoles ¿alguien nota lo absurdo de darle seguridad al enviado de Dios?

Primer absurdo: nada pasa si Dios no lo quiere ergo si algo le ocurriera a Benedicto es por que Dios lo ha preestablecido. Siendo así, de nada sirve tanto gasto ya que Dios lo ha considerado oportuno y, haya o no seguridad, ocurrirá. El gasto aplicado a seguridad resulta ser absurdo desde esa lógica.

Segundo absurdo: Benedicto debería confiar en que su seguridad está cuidada por Dios y su séquito de ángeles y, en todo caso, debería de aceptar su destino si algo le llegara a ocurrir ya que como ha quedado establecido anteriormente, nada pasa en la Tierra (mucho menos al enviado de Dios) si el Todopoderoso no lo permite.

Tercer absurdo: si algo le pasara (por ejemplo, si Dios le llamara con El) ¿acaso no es ese el Plan de Dios?, ¿por qué su enviado trataría de evitarlo con tanta seguridad?, ¿acaso no confía su destino a su Dios? y, en todo caso ¿no es eso lo que pregonan como la máxima de las felicidades: morirse e irse al Paraíso? bueno, a no ser que considere que su entrada no está segura...

Recuerden, la Iglesia aplica el razonamiento de haz lo que digo, no lo que hago. Confiar en Dios y sus designios está bien para el púlpito, no para la práctica...

miércoles, 7 de abril de 2010

PAGANISMO EN LA SEMANA SANTA

Paganismo en la Semana Santa

Los huevos de Pascua, los conejos, los juegos en los que los niños buscan golosinas escondidas o las fogatas han sido formas paralelas de evocar la Resurrección de Jesús, pero sus orígenes paganos se deben a las antiguas civilizaciones que consagraban la llegada de la primavera.

POR BRENDA MARTÍNEZ Guatemala

Según la Enciclopedia Católica, “numerosas costumbres paganas destinadas a dar la bienvenida a la primavera se fundieron en la fiesta de Pascua” como el huevo, símbolo de vida y germinación en la cultura griega y romana, en la mitología del norte de Europa o en China; o el conejo, símbolo de fecundidad en el antiguo Egipto.

“La Iglesia —de acuerdo con la Enciclopedia de la Religión— no se opuso al huevo de Pascua porque aportaba un símbolo poderoso de la resurrección y de la transformación de la vida en muerte”.

En la Edad Media se extendió la costumbre de regalar huevos por Pascua, y para que fueran más preciados, se decoraban al pintarlos o incluso en las cortes europeas se bañaban en oro.

Los fuegos que se encendían en las fiestas paganas para espantar a los espíritus del invierno se asemejan a los de las celebraciones de la vigilia pascual, que simbolizan la luz de la Resurrección.

En Irlanda, San Patricio introdujo esa práctica, con el fin de sustituir la costumbre de los druidas, de encender hogueras en honor a la primavera, por el símbolo del fuego religioso y cristiano, en honor a Cristo.

El conejo no tiene en cambio ninguna conexión con la Pascua, pese a lo cual se ha convertido en los países anglosajones y del centro y norte de Europa en un personaje similar al de Santa Claus.

La simbología del conejo posee un alto contenido pagano al representar la fertilidad, debido a que es un animal capaz de dar a luz hasta 20 crías al año.

Origen de la “Pascua”

En inglés y en alemán el nombre que se da a la Pascua tiene también orígenes paganos.

Easter, en inglés, viene según Beda, el Venerable, —un erudito monje inglés del siglo VIII—, de Eastre, la diosa anglosajona de la primavera y la fecundidad, que a su vez sería la versión europea de Ishtar —también conocida como Astarte—, diosa babilonia de similares atributos.

En Europa, ese festival era dedicado al equinoccio de la primavera, el 21 de marzo, en el que se celebraba el fin del frío y la oscuridad, y la vuelta a la vida después del invierno.

En Babilonia se creía en una vieja fábula acerca de un huevo de gran tamaño que supuestamente había caído desde el cielo al río Éufrates. De ese huevo extraterrestre —de acuerdo con la historia— fue engendrada Ishtar.

Ostern, el nombre alemán, tendría el mismo origen —derivado de la antigua divinidad de la primavera llamada Ostara—, aunque también se relaciona con la palabra Osten (este), el levante de donde viene la luz del renacimiento primaveral. De ahí se desprende que los huevos de Pascua se pinten como rayos del Sol que renace.

En las culturas griega y latina había también diosas, como la de la tierra, Cibeles, que se festejaban en estas fechas.

La cuarentena —período de 40 días en los cuales los católicos se abstienen de comer carne— es básicamente el ritual pagano dedicado a los 40 días de duelo por la muerte del esposo de Ishtar, Tamuz, que culminaba con la conmemoración de su resurrección, precisamente el domingo después de la primera luna llena que sigue al equinoccio de primavera.

En español, Pascua se deriva de la palabra Pesach, nombre hebreo para las pascuas, una festividad judía que dura entre siete u ocho días, en recuerdo del éxodo y la libertad del pueblo judío que escapó del dominio egipcio en tiempos de Moisés (1513 a. C.).

La cercanía entre ambas comunidades debió de fomentar que muchas iglesias cristianas consideraran la Pascua judía como la fecha idónea para rememorar la Muerte y Resurrección de Jesús.

Por tanto, la conmemoración de la Semana Santa como tal se estableció en el Primer Concilio de Nicea, en el 325 d. C. Con ese decreto, la Iglesia quiso poner término a los ritos paganos, al transformarlos en actos de fe cristianos.

En el proceso de evangelización —como ha ocurrido durante la historia de la Iglesia—, en lugar de intentar suprimir los ritos paganos populares establecidos, era más fácil adjudicar a esas festividades una nueva interpretación cristiana, al conservar costumbres y símbolos asociados al día de fiesta.

jueves, 4 de marzo de 2010

LOS TERREMOTOS SON CASTIGO DE DIOS


La historia mítica de Sodoma y Gomorra, en la que el dios Jehová hizo llover fuego ya azufre, sigue viva en la mente de muchos religiosos. Con frecuencia los religiosos acuden al argumento de la "ira de Dios" para oponerse a medidas liberales como los anticonceptivos, el aborto en casos de violación, el matrimonio homosexual, la eutanasia de libre elección, y la retirada de la religión como asignatura escolar.

Ya Pat Robertson había achacado el devastador terremoto del pasado 12 de enero en Haití a un supuesto pacto con el diablo hecho por haitianos en 1804. Ahora el turno, para infundir temores medievales y decir estupideces, le correspondió al arzobispo de León en México. El prelado José Guadalupe Martín Robayo relacionó las catástrofes naturales con "las iniciativas de ley que afectan la base de la sociedad como es la familia", haciendo clara referencia al matrimonio homosexual que fue aprobado en el Distrito Federal

En rueda de prensa el líder católico afirmó que: “Ante la violencia, el odio, la venganza y la muerte, ante las iniciativas de ley que afectan la base de la sociedad como es la familia, ante la inseguridad y el sufrimiento de tantas personas es bueno meditar los signos de los tiempos y preguntarnos con los terremotos, las lluvias, las inundaciones, ¿no nos estará hablando el señor?, ¿qué nos está diciendo con todo esto?”

Ignora el arzobispo de la ciudad más poblada de Guanajuato, que los terremotos más graves que han acontecido en lo corrido de este año se han dado en países que no tienen legalizado el matrimonio homosexual. Es más, en Chile, el presidente electo Sebastián Piñera, pactó con los evangélicos prohibir esta unión civil, al igual que la eutanasia y cualquier tipo de aborto.

"¿No nos está hablando el señor?" Preguntó el ensotanado. Claro que no. Los terremotos son fenómenos naturales que tienen que ver con la estructura de la corteza terrestre. Siempre se han presentado, aún antes que el priemer homínido pisara la tierra o se hamacara en la ramas de los árboles, y se seguirán dando mientras las placas tectónicas se sigan desplazando.

Nada le importan a las fallas geológicas las prácticas copulativas y los sentimientos románticos de unos primates recien llegados al planeta, al igual que poco le debería importar a la iglesia lo que los ciudadadanos que no son católicos hacen bajo las cobijas. Debería si importarles el "terremoto" de inmoralidad que muchos de sus sacerdotes han hecho con menores de edad.

No nos está hablando el Señor, porque de existir y poderse expresar con la especie humana, encontraría una forma más ética para dar a conocer sus deseos, sin que paguen justos por inocentes, y que no deje duda de su mensaje, ni de su benevolencia.

Se hace urgente que alguién le haga llegar a Monseñor un libro de climatología y otro de geología, para que el prelado comprenda porque se produce la lluvia, las temporadas invernales, las subsecuentes inundaciones y también los terremotos. O más simplemente que le envién a su correo los enlaces sobre estos temas que hay en la Wikipedia, para que deje de decir tantas estupidices en pleno siglo XXI. ¿Qué es eso de que dios nos habla por la lluvia? Esto es la caverna.

¿Que nos está diciendo con todo esto?, continuó monseñor. Pues nada. Lo que esta declaración si nos dice es que la religión es una gran tranca para le mente. No veo ninguna diferencia entre estas declaraciones con las que hacían los antiguos aborígenes del Pacífico Sur en el que veían en cada erupción volcánica una manifestación de la ira de sus dioses. Esta declaración nos dice que la moral que la ICAR quiere imponer es una basada en el temor al castigo, y que un requisito para ser un alto jerarca de la Iglesia es ser un caradura y desear contra viento y marea imponer su moral a toda nación donde tengan Conferencia Episcopal, sin importar que no todos estén de acuerdo con sus postulados.

Y claro quedaría que de haber un dios castigador empezaría con las sedes eclesiásticas de la Iglesia que ocultaron y protegieron a Marcial Maciel y Nicolas Aguilar, grandes pederastas protegidos por la ICAR en México.

Artículo copiado de Blog Sin Dioses

martes, 16 de febrero de 2010

AVATAR Y LA IGLESIA CATÓLICA


Desde sectores religiosos se le ha prestado mucha atención (indebida, demasiada) a la religiosidad o espiritualidad manifiesta en la taquillera película Avatar, de James Cameron, que ha batido records no sólo de recaudación sino de babeo de fans por su calidad gráfica. En particular los católicos están molestos porque Avatar plantea “el ecologismo como religión”. El film, creen ellos, tiene una clara intencionalidad ideológica:

Según la iglesia católica: "Lo desconcertante de “Avatar”, sin embargo, es la descarada, infantil y hasta ridícula propaganda ecologista, donde cualquiera que no comparte el radicalismo "New Age" de creer en la "madre tierra", es un asesino sicópata…" Tendremos que recordarles que cuando conquistaron América, al que no se convertía lo mataban, o en Europa el que no se "comulgaba" con sus dogmas también lo mataban.

Que Avatar es infantilmente ecologista no hace falta decirlo. De ahí a calificarla de propaganda hay mucho trecho. . Si Avatar fue planeada para algo fue para impresionar visualmente y hacer caja, nada más. Pero quizá a los católicos les moleste que el ecologismo naïf de Avatar tenga más sentido y mejor recepción popular que las trasnochadas declaraciones teológicas sobre el equilibro natural y la “ecología humana” con que Benedicto XVI ha elegido regalarnos de un tiempo a esta parte. Si la idea de que somos todos mala gente porque no nos sabemos cómo conectarnos íntimamente con la Madre Tierra es tonta o presuntuosa, ¿qué decir de la vinculación que ha hecho el Papa entre la aceptación de los anticonceptivos o la homosexualidad y la extinción de la raza humana?


La crítica católica a Avatar se refiere a aspectos teológicos que tienen que ver con la forma de la salvación. El problema que tienen esos argumentos es que los cristianos, como la mayoría de los creyentes de todas las religiones, creen que debemos ser indefectiblemente “salvados”. Debemos ser salvados porque estamos en peligro, y ese peligro nos lo hemos echado encima nosotros mismos porque somos malos, pecadores; llevamos el mal metafísicamente con nosotros. Si nos rendimos al mal, tentación que nos acecha constantemente, nos iremos al infierno.

Éste, creo, es el problema de los católicos. Los Na'vi no tienen pecado original. Son una especie inteligente (como nosotros) que vive en armonía con su medio ambiente (como nosotros podríamos hacer si nos esforzáramos). Con la ayuda de la ciencia, un humano puede escapar de las garras del pecado original que mancha a nuestra especie, transformándose en un Na'vi, en un habitante del Edén. Algo así, si fuera posible, sería una pesadilla para el cristianismo.

Aunque el film no dice una palabra sobre las religiones humanas, sabemos que, si la Iglesia Católica enviara sacerdotes a Pandora, sería en primer lugar para convencer a los Na'vi de que Eywa es un falso dios, para cortar así su vínculo con ella y sembrar luego, sobre el ávido suelo de una cultura mutilada y humillada, las semillas del cristianismo; y en segundo lugar, para bendecir a los soldados y las armas con que se consumaría la destrucción de los Na'vi que se opusieran a la explotación del planeta.

Afortunadamente para las religiones humanas, nuestro mundo es mucho más difícil que el de Avatar, que es un paraíso que probablemente nunca encontraremos.

viernes, 15 de enero de 2010

PARA MUNILLA EL TERREMOTO DE HAITÍ NO ES "NADA"


Mientras el mundo entero está conmocionado por el devastador terremoto que ha dejado a miles de muertos y heridos en Haití, el país más pobre de América Latina, el nuevo obispo de San Sebastián, el polémico José Ignacio Munilla, considera que hay “males peores” que el provocado por el seísmo, y se viven, precisamente en España. En una comparación nada afortunada, Munilla afirmó que “también deberíamos llorar por nosotros, por nuestra pobre situación espiritual”.

Noticia completa

La desvergüenza de estos tipejos no tiene límites. No sólo no se conforman con no mandar en los gobiernos (en algunos si que mandan, o si no miramos a latinoamértica), sino que encima tiene la desfachatez de decir que lo de Haití no tiene importancia. Claro, como este iluminado vive a cuerpo de rey, como buena pitanza y duerme mejor que vive, pues ¡¡¡ala!!! a decir gilipolleces, que eso de que la gente se muera de hambre o por un terremoto no va con ellos. Los pobres están para eso, para morirse, que a ellos sólo les preocupa el bienestar de los nobles. ¡¡¡¡En el infierno se van a quemar!!!!, si existiera, claro está, pero como no existe, nos lo tenemos que tragar nosotros.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

RECORDANDO A CARL SAGAN


La ciencia: una vela en la oscuridad que alumbra el camino hacia la libertad (Carl Sagan)

El 20 de diciembre de 1996 se apagaba la vida, aunque no el recuerdo ni la obra, de Carl Sagan, una de las personas que más ha hecho en nuestros tiempos para que la ciencia llegue al público en general.

Más que de la ciencia, Sagan hablaba y escribía sobre el método científico y la actitud, mezcla de maravilla y prudencia, que todo aquel que desee aprender sobre las cosas debe preservar. A esa actitud la llamamos escepticismo, palabra que en nuestra sociedad, crédula y ansiosa de soluciones fáciles, se ha convertido casi en un insulto. Es un escéptico, dicen a nuestro alrededor, aquél que no tiene fe, que quiere destruir los misterios y los enigmas que dan sabor y significado a la vida, que duda y cuestiona y no deja ser felices a los demás con su actitud inquisitiva.

Sagan fue uno de los que claramente demostró que el escepticismo no es una mera negación, sino el simple paso a la acción de la integridad intelectual y del respeto a la verdad. Un misterio que puede ser develado, por definición, no es un gran misterio; un mito que requiere fe para ser creído y que no resiste el choque con la verdad objetiva no es un mito por el que valga la pena sacrificarse o lamentarse. La ignorancia complaciente no puede ser una virtud, y la aceptación acrítica de las tradiciones y de las palabras de las autoridades no conduce a una sociedad deseable o a una vida plena.

Sagan, efusivo al hablar de las maravillosas cosas que la ciencia nos ha revelado sobre el universo del que formamos parte, era igualmente enfático al poner límites a la especulación. Para él, como para muchos que nos llamamos orgullosamente escépticos, es cuestión de puro respeto rehusarnos a creer que las leyes del mundo van a hacer excepciones en nuestro beneficio, o que hay personas que poseen una verdad superior; más aún, es cuestión de honestidad para con nosotros mismos y con los demás afirmar estas ideas, aunque no sean bienvenidas.

Hoy en día, con excepciones puntuales, asistimos a una proliferación de cultos que mezclan elementos religiosos y supersticiones tradicionales con nuevos mitos, o mitos reciclados, refundidos y distorsionados, que reciben aprobación tácita o explícita de intelectuales, periodistas y líderes políticos, y hasta toman indebidamente un lugar junto a las ciencias. Se nos dice que son alternativas a un modelo científico dogmático y materialista. Estas pseudociencias a veces son simples engaños destinados a hacer dinero, pero otras veces llevan a sus seguidores a grandes sufrimientos o a la muerte. Las pseudociencias, en el mejor de los casos, alejan a la gente de la verdad, del esplendor y de esa magia terrenal y auténtica de la física y la biología, de la cosmología, de la astronomía, y hacen ver a sus adherentes como ridículos o tontos; en el peor de los casos, explotan a los débiles, a los enfermos, a los que se sienten vulnerables, alejándolos de la oportunidad de curarse o de darle una base firme a sus vidas. Astrología, numerología, ufología, regresión hipnótica, homeopatía, medicina tradicional china, espiritismo, grafología, parapsicología, quiropráctica… la lista es tan interminable como la capacidad humana para inventar y creerse (o hacer creer a los demás) ideas que no tienen comprobación posible o que ya han sido probadas falsas.

En este día, aniversario de la muerte de aquel gran luchador contra las pseudociencias y los falsos misterios, invito al lector a pensar en qué cosas cree sin saber si son verdad, o incluso sabiendo que no lo son, y pasar esta pregunta a quienes lo rodean. De nada sirve lamentarse por la credulidad de los demás si no hacemos nada por combatirla, como Carl Sagan hizo mientras pudo.

martes, 22 de diciembre de 2009

LAS MENTIRAS DE LA NAVIDAD


CUANDO NACIO JESUCRISTO?, QUE DIA?, QUE MES?, QUE AÑO?
Es una pregunta simple que cualquier chico de Primaria responde sin titubear: el 25 de diciembre. Pero, desde cuando?…¡¡¡¡¡Como desde cuando desde el Año en que vino al mundo Jesùs!!!
Nada es tan simple, ni siquiera las cosas que parecen irrefutables, con las cuales nacimos; en las que siempre creímos. Como casi siempre, tendremos que pedirle auxilio a la Historia, pero cuidado con los Historiadores!!!
CULPEMOS AL MONJE…
Para empezar no recalaremos en Belén, ni siquiera en Medio Oriente, no al menos por ahora. Tampoco descenderemos hasta el inicio del tiempo según la Tradición Cristiana. Viajaremos hasta el Siglo VI de Nuestra Era (mantendremos ésta datación para evitar mayores confusiones)
La figura clave para tratar de entender este enigma es la de un monje conocido como Dionisio el Exiguo que en el año 523 dC. (aquí tenemos el primer problema, algunos historiadores ubican el hecho en el 525 dC. y hasta en el 532 dC.), encontrándose en un convento de Roma, recibe del Papa Hormisdas (Pontificado 614/523) el encargo de establecer el año primero de la Cristiandad a partir de la fecha del Nacimiento de Jesucristo. Dionisio el Exiguo era un avezado matemático y teólogo nacido en Escitia Menor (actual Moldavia) denominado así por su baja estatura; el monje estudió la Cronología Romana y su correlato con la Helénica así como la correspondiente a los distintos Pueblos Antiguos mencionados en los Libros del Antiguo Testamento. Dionisio instituye el denominado Anno Dómini Nostri Iesu Christi o, simplemente Anno Domini (A.D., en el año del Señor), a partir del cual comienza la Era Cristiana; para ello establece que Jesucristo nació el 25 de diciembre del año 753 a.u.c. (ab urbe condita, desde la fundación de la Cuidad de Roma).
Dionisio el Exiguo comete 3 errores fundamentales:
1º.-Se equivoca en el cálculo puesto que estudios posteriores determinan como cierta una fecha que difiere de la original estimada por Dioniso en 4, 5 `0 6 años (según las versiones) debido a un error en la datación del Reinado de Herodes I el Grande (Reinado 37/4 aC.); por lo tanto el año 1 corresponde al 749 a.u.c. (adopto 5 años de diferencia). No obstante, y a pesar del error reconocido, la Iglesia sostiene la datación inicial de Dionisio.
2º.-Aquí el error es conceptual pero no atribuible al mismo Dionisio, sino a la falta de conocimiento que se tenía en Europa del concepto del “0″ (cero). Sobre el origen conceptual del “0″ también hay ciertas discrepancias; algunos sitúan su origen en Africa (actual Repùblica Democràtica del Congo), otros lo atribuyen a Babilonios, Indios o Mayas. Por lo tanto, Dionisio denomina Año 1 del Señor y empieza a contar a partir del año, esto es a partir de los 365 días. Para tratar de clarificar, hagamos abstracción del error de años; para el análisis damos por cierto que Jesús nació (como en realidad hoy se acepta) el año 1 (753 a.u.c.) cuando debió ser el 752 a.u.c. ya que como es lógico suponer no nació con 1 año de vida si no con “0″ años de vida, el día 1 del año “0″
3º.-Dionisio obvió las mismas Escrituras (Lucas y Mateo) al determinar el día y mes del Nacimiento.

EL DIA, EL MES EXACTO?
Pero para complicar màs las cosas, el 25 de diciembre no parece ser tampoco el dìa del Nacimiento de Cristo. Los ùnicos Evangelios que mencionan el Nacimiento de Cristo son los de Lucas y Mateo, pero no especifican una fecha cierta. Lucas (2.8) refirièndose a la noche en que naciò Jesucristo sostiene que “había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño” . Los eruditos al analizar èste pàrrafo, deducen, ademàs de la lectura de otros Libros del Antiguo Testamento, que en el Invierno (diciembre) del Hemisferio Norte, era imposible que durante la època de lluvias los pastores acamparan junto a sus rebaños al aire libre, mucho menos de noche. Lo màs probable es que Jesucristo haya nacido entre abril y setiembre, època del pastoreo estival…Pero entonces como surge la fecha del 25 de diciembre?, la Teorìa màs probable apunta a la necesidad de las primeras Comunidades Cristianas, poco numerosas de adaptarse a las Antiguas Costumbres Paganas preexistentes como la festividad de Brumalia (25 de diciembre) que celebraba el solsticio de invierno (el dìa màs corto del año y el nuevo sol) y que se enlazaba con otra festividad, la de Saturnalia (17/24 de diciembre).
ANTECEDENTES Y CONSOLIDACION DEL 25 DE DICIEMBRE
221 A.D., El historiador helenista Sexto Julio Africano, escribe Cronographiai, texto a partir del cual se comienza la fijaciòn del 25 de diciembre como la fecha del Nacimiento de Jesús.
350 A.D., El Papa Julio I (Pontificado 337/362) promueve que la Navidad deberà celebrarse el 25 de diciembre en lugar del 6 de enero en coincidencia con la Epifamìa como se venìa haciendo hasta èse momento.
354 A.D., El Papa Liberio (Pontificado 352/366) decreta la celebraciòn de la Navidad, el dìa 25 de diciembre.
386? A.D., La Tradiciòn atribuye a la influencia pastoral de San Juan Crisòstomo (349?/407) y de San Gregorio Nacianzeno (329?/394), la consolidaciòn definitiva del 25 de diciembre como la fecha del Nacimiento de Jesucristo.
523 A.D., Dionisio el Exiguo crea el Anno Dòmini (arriba desarrollado).
608 A.D., el Papa Bonifacio IV (Pontificado 608/615), mediante varias normas administrativas promueve la utilizaciòn del Anno Dòmini en los Documentos Eclesiàsticos.
800 A.D., El Reinado de Carlomagno (742/814) brinda el impulso definitivo para la consolidaciòn de la Era Cristiana; el Monarca adoptò tal dataciòn para todos los Documentos Oficiales de su vasto Reino a partir del año mismo de su coronaciòn por parte del Papa Leòn III (Pontificado 795/816), 1554 a.u.c. (800 A.D.)
Tendrìamos tambièn que hablar tambièn del Calendario Juliano y el Gregoriano, de Años Sidèreos, y de los Nùmeros Negativos que por desconocimiento de los Historiadores, a partir del Siglo XVII, al contar hacia atràs, a partir del Año 1, consideraron al año 752 a.u.c. como el 1 aC., consolidando definitivamente la pèrdida del Año “0″. Pero tales temas ameritan su tratamiento por separado.

Es asì que la Era Cristiana establecida a partir de los estudios de Dionisio el Exiguo es adoptada por la Jerarquìa de la Iglesia Catòlica. El Anno Domini nacìa fallado, a partir de un triple error concientemente, luego, aceptado. Prontamente el antiguo Clero Catòlico adoptò la nueva dataciòn y la difundiò por toda Europa. COMO PODRAN COMPROBAR, NADA ES LO QUE PARECE EN ESTE MUNDO NUESTRO…SI LO EXPLICITADO ES CIERTO, TENDRIAMOS QUE CONCLUIR QUE JESUCRISTO NACIO UN PRIMAVERAL 25 DE ABRIL DEL AÑO 5 aC. (ANTES DE CRISTO)
Perdòn , me olvidaba: FELIZ NAVIDAD!!!